lunes, 9 de marzo de 2009

CASINO ROYAL

La película me parece mala, muy mala y aburrida, muy aburrida, con la salvedad de la escena del principio con la persecución en el edificio en construcción con las grúas y todo eso, en la que los especialistas se lucen.

Él, aparte de cachas, super cachas, no aporta nada de nada. Al menos el doblador no decepciona con la voz profunda que suele caracterizar a estos personajes.

Las fantasmadas son de impresión, como la "casi autodesfibrilación" que finalmente realiza la chica o sus apariciones, impecable siempre, tras haber luchado con treinta o haber estado a punto de morir. Por no hablar de lo del masaje cardíaco que le hace a la chica es de coña.

Ella, Eva Green, es sosita, sosita, muy mona, más bien espectacularmente guapa con esos modelitos de fiesta y casino que le colocan, y punto.

Pero ayer, tras verla en la tele, soportando interminables e impresentables sesiones de anuncios, me quedé con una perla de diálogo, aplicable a muchas escenas cotidianas de la vida.


Bond vuelve a la sala don de juega la partida tras haber sido envenenado por su gran enemigo, besa a la chica y se dirige a la barra.


Bond: - Un martini, con vodka


Barman: - ¿Mezclado o agitado?


Bond: ¿Tengo cara de que me importe?.


Fin de la escena, sigue jugando y, como no, gana la partida

5 comentarios:

  1. Pienso, creo que como tú, que ya ni James Bond es lo que era.

    De todas formas, mira que la gente pregunta tonterías... Luego me llaman a mi preguntona.
    ;-)

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  2. Esa chuleríaaaaaaa!!! Qué bien sienta...

    Pues mira que yo estuve haciendo patria: doctor Mateo. Pero va a ser que igual escribo un post, porque la actuación del susodicho en la UVI móvil es, sencillamente, acojonante. (Por lo de increíble, claro).

    PD: A mí, es que este James Bond, me parece que tiene cara de paleto...

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  3. Lunarroja: confieso que la primera vez que la vi me quedé dormido, y la segunda la aguanté poruqe fue un visionado interactivo-comunitario muy divertido, con la frase de marras como estrella.

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  4. Pe: Suena un poco macarra, pero en la tertulia anestésica de ayer no podíamos parar de reír imaginando situaciones como la siguiente:

    Se acerca un adjunto malhumorado y algo borde a la mesa preparada al efecto. Se enfunda los guantes y pregunta a la enfermera:

    -¿Está preparada la raqui?

    -¿Qué aguja le hecho, doctor, un 25 o un 27?, pregunta la enfermera.

    -¿Tengo cara de que me importe?

    Nota: es una dramatización, totalmente irreal, son las cinco de la mañana y el residente ha sido incapaz de pinchar tras 37 intentos.

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