jueves, 26 de febrero de 2009

DESEARLA

Cualquier mañana al trasluz

de unos ojos que acarician

es para un corazón

más que mil llamadas, con sus prisas.


Pausa, prisa, pausa, prisa.

¿Te vale con que te mire?

¿Te vale con que te oiga,

mientras hablas, mientras ríes?


Risa, llanto, risa y llanto.

A veces el llanto puede a la risa.

Otras la risa pide paso a un llanto

de caricias y de abrazos.


Confía, no desconfíes,

¡por qué no esperarla, tal vez en vano!

Desearla, en esa noche, negra,

blanca, negra, blanca, noche del alma.


Desearla ... tal vez mañana

FÍSICA Y QUÍMICA



El amor es Física y Química, como dijo en su momento hace años el nóbel Severo Ochoa. Luego esta ocurrencia fruto de una entrevista de revista de fin de semana la tomó para uno de sus mejores discos el genial Joaquín Sabina.

Es un clásico de la prensa nacional e internacional el dar noticias de revistas científicas adaptadas por vaya a usted a saber quien y con qué conocimientos. ¿Cuántas veces habéis leído noticias sobre tal o cual tratamiento definitivo contra un determinado tipo de cáncer? Da la impresión de que son noticias que rellenan bastante y que se leen sin profundizar mucho en el contenido del artículo.



Ahora está de moda hablar sobre la ubicación de los sentimientos en el cerebro humano. La famosa corteza prefrontal es la estrella del córtex cerebral. Entre ella y el hipotálamo parecen albergar todo tipo de pulsiones, suaves unas, arrebatadoras otras y las conexiones entre ellas y el resto del cerebro dan lugar a todas las manifestaciones lúbricas o sensuales que podríamos imaginar. Parece que según como seamos ya sólo podemos actuar de una determinada manera, a no ser que nos den una determinada medicina mágica que nos permitirá manejar nuestros sentimientos y nuestras pulsiones en una u otra dirección. Los osados periodistas llegan a preguntar a científicos ocasionalmente populistas si está cercana la píldora del amor, o las gotas del olvido o las pastillas contra los moscones pegajosos. Evidentemente, la respuesta es siempre no.

El organicismo está muy en boga, cada día más. Como “hombre de Ciencia” –aunque no sé si soy más de letras o un híbrido a mitad de camino de ambas- creo que es una simplificación excesiva de las nvestigaciones médicas, que suelen encaminarse más al estudio de determinadas enfermedades y su tratamiento, que dan lugar colateralmente a conclusiones como las descritas. Repugna a veces un poco a la sensibilidad humanista que por unos pequeños cambios en la serotonina te guste más la rubia que la morena o la alta que la baja, o la lista que la tonta.

Sospecho que todo es muy complejo y que el organicismo no explica el conjunto de las cosas. Tampoco lo haría el conductismo. La utilización de cualquiera de estos extremos para explicar cuestiones relacionadas con lo más íntimo del comportamiento humano da lugar a un maniqueísmo que suele ser erróneo, aunque dé para una columna en las páginas de “Ciencia” del periódico en el mes de Agosto.

Inspiran más simpatía las explicaciones simbolistas y psicológicas que tanta molécula y neurotransmisor, aunque lo digan en Redes.

El amor es Física y Química, pero también pasión, locura, miradas, olores, sonidos, melodías, llamadas, olvidos, reencuentros, poesía y correr entre las flores.

¿Hay algo más sencillo que una flor?

¿Hay algo más complejo que una flor?


P.S.: Para muestra, un botón.

lunes, 23 de febrero de 2009

LADRÓN DE BICICLETAS

Vittorio de Sica, polifacético hombre del cine italiano del siglo XX dirigió en 1948 Ladrón de bicicletas, una sobrecogedora película, obra cumbre del neorrealismo italiano.



Este movimiento artístico hunde en Italia sus raíces nada menos que en la ópera del siglo XIX y principios del XX, en que se representaban historias de personajes de la vida real, la vida verdadera (por eso se llamó verismo) y no de reyes, reinas, princesas y demás.


Los años posteriores a la II guerra mundial fueron terriblemente duros en toda una Europa arrasada tras seis años de luchas encarnizadas, más aun en una Italia en la que ambos bandos dejaron un impronta de destrucción, que tardaría muchos años en poder superarse. En esos años cuarenta, el paro, el hambre y la miseria campaban entre las clases desfavorecidas, que, al fin y al cabo eran el grueso de la población.


En esta película se narra la historia de una familia media, es decir pobre, de la Roma de posguerra. El marido, en paro, no encuentra como mantener a su mujer y sus dos hijos, como muchos más que malviven en su entorno. En un golpe de suerte, consigue un empleo como colgador de carteles en las calles, para lo cual necesita una bicicleta de la que carece. Empeñan hasta las sábanas para conseguir el preciado medio de transporte y, el primer día de la colgada de carteles, a nuestro hombre le roban la bici.



Es la miseria que se ceba mezquinamente en el más pobre de la ciudad. El caso es que el que roba está tan mal o peor que el robado. La película transcurre a lo largo de una jornada en que tratan de recuperar su tesoro, sin conseguirlo. La desesperación crece, acuden a videntes, y se cruzan con todo tipo de pícaros y delincuentes, que sobreviven como pueden.


Es una trama cruda, real, como los actores, todos aficionados, con moraleja final y una sensación de pena que te hace pensar sobre lo que tienes y sobre las carencias que tuvieron generaciones como las de nuestros padres o abuelos o las que sufren en lugares,no tan lejanos, azotados por el hambre y por la guerra.


Una lección de historia y de cine en blanco y negro.


Os la recomiendo

domingo, 22 de febrero de 2009

FAUST-BAL

Llevo diez años asistiendo puntualmente a las representaciones de mi abono de ópera del Teatro Real. Mi abono fue conseguido tras un gran esfuerzo y gastándome en teléfono llamando al servicio de telentradas durante horas y horas. Al fin lo conseguí, y ha pasado a formar parte del conjunto de activo que poseo, valga la licencia.

En estos 10 años me he emocionado, he aplaudido a rabiar, he gritado de emoción, he esperado con ansiedad los momentos clave de las obras, oyendo los latidos de mi corazón. Pero también he pateado, he silbado (bueno, eso no, porque no sé silbar), he dormitado, me he aburrido y me he decepcionado, cuando esperaba más del tenor, la soprano o la orquesta.


Hoy he ido a ver lo que nos tocaba como tercera del abono, y no tenía muy buena pinta. Se trataba un estreno, de un músico contemporáneo español y con libreto de Fernando Arrabal. Puede parecer un tanto despreciativo y elitista por mi parte, pero la experiencia me dice, al menos hasta ahora, que con esos elementos, el resultado era un bodrio infumable, con todos los respetos. A ello se añadía que eran encargo del Real, es decir, previamente pagados, sin certificar, al menos aparentemente, la calidad del resultado final.

Así que allí íbamos nosotros, entregados, a ver al coro desnudo, hormigonera y excavadoras, violaciones, burlas religiosas (siempre en la misma dirección), partituras aburridas y libretos pestiñosos. Además, como era modernos y vanguardista, nos tenía que gustar, recibiendo todo tipo de lindezas en diversos medios de comunicación a la panda de ignorantes que criticaban semejante prodigio de la cultura moderna. Pensamiento único en estado puro. Me lo pagas, te lo endoso al abono, lo pagas como si fuera una obra maestra, te aburres como una ostra, te enfadas, te sales de la sala (jamás lo he hecho) y encima, si no te gusta, si libremente decides que no te gusta y osas manifestarlo, te llamo de todo.

Personalmente, habría preferido Rigoletto, pero de todo hay que ver.

Todo apuntaba a otro bodrio pero, contra todo pronóstico, ha sido una experiencia gratificante. Música contemporánea, aunque no atonal. Libreto algo extravagante, pero sin excesivas salidas de tono, escenografía magnífica y unos cantantes muy profesionales. Los coros, como siempre, a la altura, y la orquesta, afinada.

Hoy he superado un trauma que me duraba diez años. Ahora solo me queda oír un sobreagudo en Di quella pira de Il trovatore, aunque creo que eso tardará mucho tiempo, me temo que años. Espero que sean menos de diez.

viernes, 20 de febrero de 2009

JRJ Nº1

El dormir es como un puente
que va del hoy al mañana.
Por debajo, como un sueño,
pasa el agua.

J.R.J. Eternidades (1918)


Lo dijo Juan Ramón, y no podría decirse igual, tal vez mejor, seguro que peor, pero no igual.

Heráclito y Juan Ramón, bañarse dos veces en la misma agua, imposible, ni en nuestros sueños, ¿o tal vez sí?

Nuestros sueños, son la vida y la vida sueños son.

jueves, 19 de febrero de 2009

ESCRIBO O ESPERO

Mientras escribo, espera que te espera; mientras espero, escribe que te escribe. ¿Qué fue primero, la gallina o el huevo? En la nebulosa de los sueños vespertinos, entre la neblina de una modorra pasajera, entre atribuladas y azarosas, ansiosas y agitadas, las palabras salen de mis manos. Parece que ellas mismas tengan vida.

El reloj en una esquina gira y gira, sus manecillas avanzan lisonjeras. Con un giro imperceptible en mi barbilla, mis ojos las contemplan extasiado. Mientras tanto, mis manos, escribe que te escribe. Mientras tanto, mi corazón, espera que te espera.

En la puerta contigua un ruido me estremece. Ha sido tenue, liviano, pero mi corazón se altera. Nunca sabré quién fue el que llamó insistente a la puerta que junto a la mía se cierra, sin respuesta, esquiva. En su interior, como en el mío, hay un alma que espera, en silencio, una llamada, que le diga ..., que le diga "ven, anímate y espera".

La espera me alimenta, me nutre y me fustiga. Hace de mí receptor de caricias etéreas, que desean convertirse en ardorosas y densas, intensas y plenas. Mi sopor me mantiene extasiado en pensamientos sublimes, de desiertos y selvas, que me hacen sentirme animal de lianas, dunas y palmeras. Me mece una zozobra que, más que peligro, me inspira en la espera. Mientras espero, en el teclado, el cursor, escribe que te escribe; mientras escribo, la pantalla, espera que te espera.

En una esquina, un corazón desesperado, escribe, en una libreta, pensamientos y misivas. Es corazón en espera, todavía entero, pues la esperanza le mantiene, le mantiene con vida. Si al esperar, desespera, quedará roto, quebrado, hecho jirones. Si con la espera, la paciencia le abandona y la inquietud vence en su interior, altiva, tal vez abandone aquella esquina, dejando en aquel suelo su lápiz y libreta, con pensamientos y misivas, al albur de una brisa mañanera, que las haga llegar a su destino. Y en mi destino, mientras escribo, espera que te espera. Y si no llego, mientras espero, escribe que te escribe.

Y Mientras lees, piensa que me escribes; mientras te leo, pensaré que aún me esperas.

miércoles, 18 de febrero de 2009

NIZLON 9 AÑOS

Muchas felicidades, Nizlón.







Hoy cumples 9 añazos y estás hecho todo un campeón. Me gustaría que te felicitara todo el mundo que vea este blog, y que al ver este post piensen en un niño de 9 años muy especial con un corazón de oro.


P.S.: Como se puede imaginar, Nizlón es hijo de Nuareg

martes, 17 de febrero de 2009

ALERGIA

Doctor, creo que soy alérgico, pero no sé a qué.

Los estornudos, que vienen de dos en dos, que estremecen, a mí y a los que me rodean. De repente, una extraña sensación que nace del interior de mis fosas nasales, asciende lenta pero inexorablemente, convirtiéndose en picor insoportable.

Pasan lo segundos y el picor se hace urgencia, y las urgencia se hace inminencia, y deviene en estallido. Y estalla, y salen miles de gotitas, sin virus eso si, porque es de alergia, que quede claro. Miles de gotitas que riegan el ambiente, inofensivas, insisto, aunque poco agradables.

Si puedo y me da tiempo, me retiro discretamente para no molestar. También lo hago porque una sensación de plenitud lacrimal se hace fuerte en mi mirada, y parece que voy a llorar pero no lo hago. Solamente mis ojos se tornan vidriosos y parece que vengo de una noche de alcohol, locura y desenfreno, pero sin venir, lo cual hace más lastimosa y crítica la situación.

Ser alérgico es un modo de vida, es como ser delicado, pero de la dermis hacia dentro. La alergia es cada día más común entre nosotros, por lo que que para ser sublimemente alérgico, se deben atesorar virtudes sublimes, y saber recrear una especie de dandismo del alérgico. Llegan los albores de la primavera, los embriones de la floración, el estallido de la polinización y nuestro cuerpo se deshace en síntomas histamínicos que sólo los débiles de espíritu (como yo a veces) se deciden a tratar con vacunas y jarabes de color grosella.

En la indumentaria del alérgico no puede faltar algún adminículo blanquecido, reutilizable o desechable e incluso biodegradable para evacuar las secreciones nasales o proteger a los que nos circundan de las explosiones o aspersiones que se producen como consecuencia de nuestro padecer. Van del clásico pañuelo con raya azul en el contorno al típico "kleenex" o pañuelito de celulosa que, aunque de uso más extendido que el primero, te dejará las narinas en un estado de irritación extremo en los días de máxima intensidad del estornudo.

La primavera, femenina ella, nos despierta a los alérgicos, incluso a aquellos que vivimos en el anonimato del estornudo de repetición, sin encasillarnos en olivo, arizónica, ciprés o gramíneas de mediana o estación. Nos hace salir de nuestro escondite, y hace que demos la cara ante el mundo, haciéndonos notar y saludando con emoción su llegada, tras las nevadas y las heladas, el viento, el frío y los atardeceres de las cinco de la tarde.

La Primavera, sí con mayúscula, es mi estación favorita, a pesar de la alergia y la astenia primaveral. Primero, porque no sé a lo que soy alérgico, y me da lo mismo (Además, he de confesar que como alérgico soy un fracaso, porque he caído en las redes de la medicación). Segundo, porque la astenia primaveralis me resulta en el fondo maravillosa. Eso de estar cansado, que te dé todo igual y te quedes tirado en el sillón sin hacer nada durante unos instantes que se pueden prolongar a momentos, interminables a veces, es maravilloso, insisto. Ante la astenia, ni café, ni Coca-Cola, ni Redbull; nada de eso, mejor siestecita (el que pueda, que yo no).

Alérgicos del mundo, uníos. Si estornudáramos todos a la vez, ¿qué pasaría?

viernes, 13 de febrero de 2009

ROSA MARCHITA, ROSA

Hola, Eluana.




Perdona la familiaridad, pero me tomo la libertad de hacerlo así, al menos sea por que somos de la misma edad, pues sólo un año y unos meses separan nuestras fechas de nacimiento. No he conocido tu infancia ni tu adolescencia, en tu Lecco natal, al norte de la Lombardia, cerca del lago Como, llena de alegría y vida, al menos eso es lo que me inspiran las fotos que aparecen en todos los telediarios y páginas cibernéticas y/o papiráceas de la prensa mundial.

Hola Eluana, tu vida ha sido el claroscuro de todas las vidas hecho una tragedia con final feliz, al menos para ti. Tu cuerpo, maltrecho y reducido a la mínima expresión, ha podido al fin descansar. Tu familia ha completado el ciclo de la catarsis del dolor, la rabia y la impotencia. Ellos también descansarán.


No hay nada más duro que perder un hijo. Es una frase hecha, pero es cierta. Es más duro que ver sufrir a un hijo, porque al menos lo tienes, pero hay momentos en la vida en los que hay que elegir. Cuando no hay solución, y no hay marcha atrás, ni posibilidades de salir del camino que lleva a la luz, la decisión es obligada, y, en general, no la toma el interesado, nunca la toma el interesado, ni siquiera con las últimas voluntades. Siempre es otro el que firma el papel, y ahí de ahí vienen las dificultades para resolver estos casos, tan claros por otro lado para el sentir y el sentido común de los médicos, de la mayor parte de los médicos.

No creo que haya que mezclar la eutanasia ni el aborto con el dejar seguir el curso de la naturaleza (o limitación del esfuerzo terapéutico, en adelante LET), cuando al final, por mucho que hagamos, el resultado va a ser el mismo. En mi trabajo diario me encuentro con situaciones de LET, no siempre comprendidas por todos los médicos con igual intensidad, lo que hace aún más difíciles las cosas. La familia de los pacientes, inconscientes, suele estar al principio en estado de shock, y suele ser muy influenciable y manipulable. En muchos casos se aferran a un “haga usted todo lo que pueda” sin poder valorar las consecuencias de la decisión tomada. Es mucho pedir en esas situaciones, pero ahí es donde hay que encauzar los casos, porque si nos ponemos en manos de los jueces, que se basan en certezas, en testimonios, y que suelen pasarse la pelota entre ellos, todo se eterniza, haciéndose los casos realmente eternos.

Todo empeora y se prostituye cuando entra la política y los fundamentalismos religiosos y “progres”, en igual medida, salen a relucir. El aire se hace fétido y pestilente, y a uno le dan ganas de que saquen las fotos actuales de la pobre Eluana para que todos se callen y dejen a esa pobre familia tranquila con su dolor, el dolor del sufrimiento, el dolor de la pena y, sobre todo, el dolor de la pérdida y de la ausencia. Al menos les quedará la conciencia tranquila después haber hecho todo lo mejor por su hija, después de haberla querido, como se quiere a una hija, durante los años que han tenido la suerte de tener a Eluana junto a ellos.

La vida privada es íntima, y la muerte es el momento sublime de la vida, más íntimo todavía. Los focos, las cámaras y los telediarios sobran, y los políticos oportunistas y manipuladores, y los mantenidos por la subvención que salen a la luz al olor del barullo. Dejemos a la familia y los amigos juntos en su dolor. Nosotros sólo debemos quedarnos con su ejemplo y dedicarles nuestras oraciones, nuestros pensamientos.

Legislar es difícil, y hacerlo bien a veces parece ser imposible. Pocas veces se tiene en cuenta la voluntad del individuo, y los políticos se empeñan en decidir cuando debemos hacer tal o cual cosa, o como debemos hacerlo. Además parecen empeñados en decidir cuando debemos o no morir y como debemos hacerlo. Y lo hacen, en un sentido o en otro, sin mirarnos a los ojos, porque no se atreven, y lo mismo deciden liquidar a un feto de 25 semanas o cargarse a un viejecito de 90 un poco demenciado, como deciden que no se puede dejar en paz a una mujer que lleva 17 años fuera de su cuerpo.

Si nos dejaran hacer a las personas, a los profesionales de la Sanidad, sin miedo a represalias, a demandas, a reprobaciones públicas, y todo ocurriera en la intimidad de una habitación, explicando todo con claridad y cercanía, como en muchos casos se hace, seríamos más humanos, que es lo que nos hace grandes, dentro de nuestra pequeñez.

Ciao Eluana, un baccio ed arrivederci.

martes, 10 de febrero de 2009

NUAREJADA Nº 3



¿Por qué en el Teatro Real, cuando tose alguien y la ópera es un tostón, le acompaña un coro de toses desde las butacas de platea a las de paraíso?


¿Reminiscencias ovinas?

sábado, 7 de febrero de 2009

ALECTORIS RUFA




Ala parda, pico fuerte, cuerpo de pluma,

entre los sembrados, entre los rastrojos,

rauda, esquiva, lista, casi humana.

Corres, vuelas, saltas, andas, vives.


Mirar largo, profundo, sin fin.

Uña firme, pata gruesa

de fuerza, levanta el vuelo,

ligero, firme y extenso.


Te persiguen, te acechan,

te siguen, se acercan,

tú saltas, con el viento,

entre las cunetas del camino.


Si te matan, en tu vuelo,

la sangre saltará encima

de la tierra, por el aire,

vaciando tus heridas.


Perdónanos, no sabemos

bien lo que hacemos,

perdón, por la muerte,

gracias, por tu vida.

jueves, 5 de febrero de 2009

IDIOMAS

Lo de estudiar idiomas, idiomas distintos al tuyo, se entiende, va por barrios, por países. Los españolitos de a pie somos unos desgraciados para este tema en particular.




Os cuento mi caso (me consta que es el de muchos como yo): me he pasado la vida, desde los 6 años estudiando inglés, con un nivel más que aceptable. Años en el colegio, academias de inglés de todo tipo en la Universidad, First Certificate, unos meses viviendo en Londres trabajando en un hospital, películas en VOS, lecturas de revistas y libros científicos, y un interminable etcétera.




¿Que me quedó de todo esto? Pues me quedó una cara de "boludo", como dirían mis amigos argentinos, que no veas viendo una vez una serie de bomberos en Inglaterra, donde llevaba dos meses viviendo y habando sólo inglés, sin entender ni una sola palabra en la hora que duró el capítulo. No sabía si tirarme al Metro o a la taquillera.




A cambio, tengo la historia del italiano. Me encanta Italia, y con la madurez me ha dado por estudiar su lingua. Mis amigos me dicen que es la crisis de los cuarenta, pero me da igual. Preparando un examen de "parvulitos de italiano", no pusimos a ver mi chica y yo una peli de Nanni Moretti para practicar, con la sorpresa de que era sin subtítulos ni nada. Cual fue nuestra sorpresa cuando vimos que éramos capaces de seguir la trama y enterarnos de todo. Un primer capítulo genial, de la Roma cotidiana y un segundo divertidísimo, aunque con un toque surrealista a tope acerca de un pobre paciente que no consigue curar sus males.




Mi pregunta es: ¿por qué no colonizaron America del Norte los italianos? ¡Cuantas horas de estudio y cuanto dinero nos habríamos ahorrado!




P.S.: Os recomiendo vivamente que veáis Caro diario. Es divertida, tierna y deliciosamente surrealista.

miércoles, 4 de febrero de 2009

PASOS DE CEBRA


Los pasos de cebra, lugares civilizados por los que cruzar. ¿Hay algo peor que ser atropellado en un paso de cebra? ¿Hay un acto de prepotencia mayor que un conductor que se salta un paso de cebra?

Aquí, en las 17 Españas en las que vivimos somos así, aunque luego pensemos que molamos un montón y que los guiris son aburridos y unos sosos que luego vienen aquí a correrse las grandes juergas y ser aquello que no se atreven en sus respectivos países.

Reflexiones desde el foro aparte, creo que en la vida nos encontramos demasiados pasos de cebra que, a diferencia de los de la calle, a veces conviene saltarse. A veces conviene pasar cuando el semáforo está rojo, si es que se tiene vocación de peatón. En ocasiones, la bici debe meterse entre los coches y las personas para llegar antes a su destino.

Separar la paja del grano, ir al grano, coger la directa y saltarse el paso de cebra, ese de la hipocresía, del callar cuando hay que gritar frente al viento, diciendo lo que no apetece oír, lo que no es políticamente correcto. Cuando las cosas se ponen difíciles, como en la película, puede ser conveniente atrincherarse en Kamchatka, y esperar a que el dado (y los hados) nos sean favorables, pero para que eso ocurra así tienes que llamarte Ricardo Darín y salir en la pantalla gigante. En la vida real trae más cuenta saltarse el paso de cebra y ser más rápido que el coche que viene por tu derecha.


En estos tiempos de crisis, donde no se arriesga nadie, y mucho menos en el amor, debemos liarnos la manta a la cabeza y jugarnos el todo por el todo, ser sublime sin interrupción, amar sin interrupción, con fidelidad, sencillez y amistad.

Coge la mano de quien camina a tu lado y pasad juntos por mitad de la calle. Si no tienes ninguna mano que coger, hazlo tú sol@. ¡Quien sabe si al otro lado del precipicio está la respuesta a todas tus preguntas, el remedio de todos tus males, el eco de todos tus suspiros!

Carpe diem

domingo, 1 de febrero de 2009

AMOR, VUELVE

Rojo, desierto de color, ¡detente!
Fulgor entre la bruma, nubes rojas, negro grana.
Piel desnuda, oscura, curtida de la vida y de la sed.


Mucho tiene quien poco precisa.
Rico es quien mucho recibe;
el Cielo, para quien todo da.


Mirada azul, del frío en la noche.
Rostro oculto, de la mirada esquiva.
Sienes limpias, amor verdadero.


La mancha de mora, con mora se quita.
De bien nacido, ser agradecido.
Besos que se dan, no vuelven.


De jirones de tu piel, tostada y furtiva,
de retazos de tus días, largos,
dejaste mis manos llenas.


Del roto y el descosido,
de necesidad, hacer virtud,
el mal, cien años no dure.


Sombra larga y oscura, lejana y altiva.
Cabeza fría, corazón fuerte, fuego amigo.
Lucha de gigantes, mente y vida.


Desesperando en la espera,
anhelando una llamada
del destino.


Te alejas, de mi vida, de mi muerte.
Me dejas, de frente y sin fatiga,
Solo ante el destino.


Libertad, tesoro del que vaga,
sin rumbo, pero con guía,
entre la gente, distraído ...


Cuando vuelvas, me habré ido,
del desierto en la ciudad,
a la montaña y la vida.


Amor, vuelve.