miércoles, 31 de diciembre de 2008

DOCE

Mi cibernética y recién estrenada amiga Lunarroja ha tenido una estupenda idea para finalizar el año: negro sobre blanco deseos por uvas y campanadas.

Doce deseos sin pensar, doce deseos:

1. Terminar las cosas.

2. Empezar cosas nuevas sin miedo a no terminarlas.

3. Dar besos sin tener miedo a no recibirlos.

4. Planear proyectos y más proyectos y más proyectos ...

5. Viajar (parece vulgar, pero no lo es).

6. Leer (parece vulgar, pero es lo más importante).

7. Escuchar y hacer que me escuchen.

8. Montar en bicicleta.

9. Izaldear.

10. Cuidar a los que me cuidan.

11. Codiciar, pero esas cositas que merecen la pena.

12. Hablar italiano (parece snob, pero es un reto para mí).


¡Feliz 2009!

P.D. : Lunarroja, guapetona, que te vaya fenomenal este año que comienza, y que nos leamos cosas bonitas.

martes, 30 de diciembre de 2008

ARENAL


Esquina de Arenal bajando por San Ginés. Suben los termómetros. Baja la muchedumbre. Carmen y Preciados paren y paren cabezas de las que salen brazos con bolsas de colores llenas de ilusiones materializadas. Don´t get me wrong.

Coloreros, Taberneros, Alfareros, hombres estatua. Todos son calles, menos aquellos que están en su calle. Quién sabe si ellos la tendrán algún día. Dices que siempre estás viajando pero me estás engañando.

Sigue haciendo frío en la calle, pero ella se pinta la cara con una base pálida, sobre la que dibujará el color de su sonrisa, el ángulo de sus pómulos, la sombra de sus ojos, con el marrón de su mirada encerrado en una celda de pigmentos, marabunta y Navidad. Walking down the streets.

Ella sigue vistiéndose en la calle. No hay nada más íntimo que vestirse. Nada más privado para una mujer que vestirse. Ese es el palacio de los sueños al que pocos han llegado. El suyo se yergue en la calle, entre la multitud, pero nadie lo ve. Where do you go when you love me.

Dos hombres-tienda venden su mensaje por ochocientos euros, por detrás y por delante. Cuatrocientos cada vuelta. Corren buenos tiempos para el amarillo de la calle, malos tiempos para el papel y el cheque. Necesidad obliga. Corren buenos tiempos para la calle, buenos malos tiempos. You’re beautiful, it’s true, and I don’t know what to do.

Ella pinta sus brazos de blanco manchado de gris. La túnica cubre su cuerpo. Es gris azulada, como ha de ser todo su cuerpo. Gris tristeza, gris amor, gris ciudad. Un pañuelo cubre su cabeza y reposa sobre sus hombros, fundiéndose con la túnica. Coloca en el suelo, gris calzada, un pequeño banco, transformado en roca, trono de una naturaleza gris, pero no muerta. Flaca, no me claves tus puñales por la espalda.

Los tenderos, que no echan el cierre en estos días, la miran hastiados por el borboteo de personas que inundan todo en estos días. El mes es duro para esta gente, piensa nuestra estatua mientras termina de planear la escenografía en su esquina de la calle Arenal. Let’s dance for a while.

Quedan pocos minutos para las cuatro, hora en la que comienza su estática actuación. Maquillaje, pedestal, ropaje, rictus, pose perfecta. Concentración, concentración, concentración. Un carillón de la plazuela cercana toca las cuatro y nuestra maga de las calles adopta la posición de partida. Arenal está aún desierta, nadie se para, el tiempo tampoco. Siento que estoy en una cárcel de amor.

Las seis en el reloj. Arenal llena. Los niños llegan. Son el mundo. Son la vida. La estación de los amores viene y va.

Unos pasitos alocados bajan hacia su esquina, se acercan al rincón de nuestra amiga. Los más pequeños, los más tiernos, la miran con sorpresa. La miran curiosos. Se vuelven y dirigen hacia arriba buscando aprobación y consejo. Otros ojos, ya acompañados de los surcos de la madre vida, le afirman y animan a seguir a su instinto. Y no me importa nada.

La mujer estatua sonríe para su interior mientras la gente de arremolina a su alrededor. Todos miran, nadie se mueve. Los ojos vivarachos que bajaron rodando vuelven a escrutar entre los surcos que se alzan un metro más arriba. Le dicen que sí, y una moneda se desliza por la ranura del baúl que reposa a los pies de nuestra maga. El tiempo, que no dejaba de avanzar inexorablemente, se acaba de parar, y en el escenario de la esquina, rodeado de una hoguera de vanidades y consumo, la magia comienza a desplegarse. I want to love where love is.

Los ojos de la estatua vuelven a la vida, se abren de repente y dirigen su mirada hacia los niños y su padre. El vivaracho propietario de los más pequeño da un brinco y al final, tras el susto inicial, sonríe. Sonríe alegre y complacido. La mirada, guasona, se mantiene unos segundos, es correspondida por el trío y hace que la magia siga deteniendo el tiempo durante unos segundos más. Can’t live if living is without you.

Ya ha pasado el tiempo. Los ojos se han cerrado y el rictus ha vuelto a ser enigmático y algo circunspecto. La magia os espera en la esquina de la calle. No le deis la espalda. Abridle vuestros ojos y ella os abrirá los suyos.

Al fin y al cabo, siempre puede ser Navidad.

jueves, 25 de diciembre de 2008

JURASSIC PARK




El Cine (con mayúsculas, porque me refiero a él como el Séptimo Arte) es, sin lugar a dudas, el arte del siglo XX. Los que nos hemos criado y hemos desarrollado nuestra personalidad y espíritu; los que hemos vivido nuestra adolescencia en los procelosos años del final de la Guerra Fría; los que teníamos que esperar meses para que saliera un estreno y no teníamos P2P ni otros avances para estar a la última; nosotros sabemos lo que el Cine significa en nuestras vidas.

Los cinefilos amateur como yo, podemos marcar momentos clave de nuestra vida con películas clave. Cada uno tiene las suyas y son particulares para cada cual. Casablanca, ¡Qué bello es vivir!, El Club de los Poetas Muertos, Beautiful girls, Notting Hill ... El amor, el humor y la vida junto con la muerte están en todas ellas. Mi intención es volver sobre ellas a lo largo de nuestra andadura. Espero que sea así, con vuestra ayuda.

Lo que no había pensado nunca es en las ideas, los mensajes, las claves que nos dan las malas películas, el material para deglución rápida de refrescos, palomitas y susurros en la penumbra del foco multicolor.

Hace unos días, mi amigo Moy (hazte ver, hazte ver, hazte ver), al reflexionar sobre unas cosillas, me recordó que, en Jurassic Park, en un momento dice: “La vida, al final, se abre camino... “

Por muchas trampas que pongamos al discurrir de nuestra existencia, aquello que ha de ser ES, y aquello para lo que no estamos llamados, a veces, es un desastre. Estos pequeños desastres, con tesón y perseverancia, pueden resolverse. Al contrario, si no damos paso a aquellas cosas que están dentro de nuestro ser, ésas, amigos míos, no saldrán.

¡Sitio al alma, amigos!

A los dieciocho años recibí ese saludo y ahora, cuando ya no me quedan treinta por cumplir, recojo el testigo dado y dejo que la vida se abra camino.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD

!!FELIZ NAVIDAD¡¡

Creas o no creas, aunque seas un Mr. Potter (¡Qué bello es vivir!) de los que odian la Navidad, te deseo que saques lo mejor que haya en tu interior y lo des a los demás.


Intenta dar más de lo que puedas recibir.



... y date un garbeíto por Madrid, que está preciosísimo (no es amor de padre, ojo)

lunes, 22 de diciembre de 2008

1000 EUROS


No, no es el salario base del españolito medio. Es el nuevo mantra que va a invadir la piel de toro durante todas estas Navidades.


Y es que estoy por aquí, en mi casita, haciendo de padre responsable, mientras mi chica, cual leona urbana, ha ido a ganarse el pan por esos mundos procelosos. Me he levantado, he puesto la radio y estaban con el sorteo de Navidad. Esa es la cantinela de los niños de marras. ¡Animalicos!


Su ilusión es sacar el Gordo, pero lo que hacen sin saberlo es soltar una cantinela que, como ruido de fondo, ayuda a realizar las labores del hogar con más alegría y efizacia. ¡Qué vivan!


Yo, como no juego nada (ni en el trabajo), paso un poco, pero todavía me queda la esperanza de que con los impuestos extra que se recaudan con el sorteíto hagan algo de provecho, como quitar puntos negros de las carreteras, hospitales de verdad, aumentar las pensiones, seguridad ciudadana, Cultura de verdad, y no algunas de las paridas y despilfarros, más habituales de lo deseado.


Nos vemos


P.D.: El calvo y la música del año pasado molaba más.

domingo, 21 de diciembre de 2008

AMIGOS



There are places I remember all my life,
Though some have changed
Some forever, not for better,
Some have gone and some remain

En 1965, unos melenudos, en aquel tiempo algo pretenciosos, y pagados de ellos mismos por el éxito que llevaban varios años disfrutando, publicaron un disco con una canción que comenzaba con esta estrofa. Cuarenta y tres años después, en un blog nada pagado de él mismo, alguien lo utilizaba para comenzar una reflexión sobre los amigos, presentes, pasados y futuros...

El tema de la amistad es recurrente en películas, libros y canciones. Junto con el amor chico-chica, en una de los argumentos preferidos por los artistas a la hora de comunicar sus sentimientos, de transmitir sus emociones. Es un tema fácil de tratar superficialmente, porque es el receptor del mensaje el que en muchos casos hace todo el trabajo, evocando sus propias vivencias y creando un paralelismo con lo que pudo ser o lo que quisiera que hubiera sido.

¿Todos nos hemos enamorado de la novia de nuestro mejor amigo? ¿El alcohol es el paño de lágrimas de media humanidad? ¿Y la amiga fea de la panda es el paño de la otra media? ¿Quién no ha soñado con volver a casa por Navidad? ¿Alguna vez se te han erizado los pelillos con “la chispa de la vida”?

El caso es que si con vulgaridades o lugares comunes nuestro corazoncito se mueve y eso hace que escuchemos tal o cual canción, ahora entiendo lo que pasa cuando en nuestro camino se cruza algo genial, o una obra maestra.

All these places had their moments
With lovers and friends I still can recall
Some are dead and some are living,
In my life I love them all.

Resulta muy estimulante hacer mezclas de personas afines de distintas edades por caracteres afines. Te enseñan mucho, te dan ideas y pautas para comportarte en la vida. Creo que debemos aprender de todo aquello que nos encontramos en nuestro camino. Eso es lo que yo entiendo por experimentar. No cerrarse a nada ni a nadie y abrir nuestra mente al mundo que nos rodea.

El otro día me contaba una amiga postiza veinteañera, Bea, para más señas, que a la gente de mi edad le gusta mucho una conocida canción que hablaba de una panda de amigos que a lo largo de los años se habían ido disgregando por diferentes confines de la galaxia. Unos tenían hijos, otros estaban enrollados, otros yo que sé. Parece ser que cuando nos acercamos a los cuarenta pasan por delante de nosotros fragmentos, fotogramas de nuestra vida. Deben ser como estos programas que se hace en fin de año, recordando las cosas importantes que han pasado. Que esto desemboque en una crisis o no, dependerá de cómo de llenas estén nuestras alforjas, y cual sea el contenido de las mismas.

But of all these friends and lovers,
There is no one compraes with you,
And these mem’ries lost their meaning
When I think of love as something new

Eva y Juan Aguirre hacen un recorrido con nombres, que podrían ser los de cualquier amigo de cualquier persona, mirando atrás sin ira, un ayer en el que Marta, Sebas, Carlos, su hermana Isabel, Lidia, Claudia, Guille y los demás, “Mis amigos”, pasaban en la calle las horas. Luego la diáspora se hizo y al final, Claudia tuvo un hijo y de Guille nada se supo.

Me he hecho algo pragmático en este aspecto. Los amigos los hacemos a lo largo del camino, y creo que es imposible que en nuestro carro quepan todos. La comitiva que llevamos es limitada, y si queremos hacer las cosas bien, es inevitable que haya miembros de la misma que no nos sigan en el camino. Eso no quiere decir que ya no los queramos, que ya no nos “sirvan”, valga la expresión. En otras estaciones del camino puede que nos los encontremos. De hecho, siempre nos encontramos a personas en el camino. A Claudia con su hijo, a Carlos y su hermana Isabel, incluso al Guille del que nunca más se supo.

Though I know I’ll never lose affection
For people and things that went before,
I know I’ll often stop and think about them,
In my life I’ll love you more.

¿Por qué mi amiga postiza Bea piensa que a los puretas como yo nos gusta tanto esta canción? ¿Es que somos los únicos que abandonamos amigos en el camino? ¿Es esta la edad en la que te das cuenta de que tal vez no vuelvas a ver nunca más a alguna persona, y no necesariamente por que alguno de los dos hayáis muerto? ¿O tal vez será porque con el paso del ecuador de la vida, como dije antes, pasan delante de nosotros todos esos momentos de la vida que fueron importantes, pero que pasaron hace tiempo, y que fueron olvidados en la nebulosa de los recuerdos?

Though I know I’ll never lose affection
For people and things that went before,
I know I’ll often stop and think about them,
In my life I’ll love you more
In my life I’ll love you more

Todas estas estrofas se resumen en una sola línea, escueta y scotish: Auld lang syne, que es la estrella de las películas “con sentimiento” del mundo anglosajón (ya me gustaría tener algo así por estos lares).

Valga el estribillo como colofón.

For auld lang syne, my jo,
For auld lang syne,
We’ll tak a cup o’ kindness yet,
For auld lang syne

sábado, 20 de diciembre de 2008

CREPUSCULAR

Cuando me di cuenta de dónde me encontraba ya era demasiado tarde. Daba la impresión de que siempre se me hacía tarde para las cosas importantes de la vida, o al menos eso creía yo. Los reflejos del sol que se sumergía en las voraces aguas del Atlántico me herían por momentos la retina, mientras su recuerdo castigaba sin compasión mi atormentado espíritu. Sentado en un pequeño muro hecho de piedra y cemento en el improvisado paseo marítimo, contemplaba el sobrecogedor paisaje de la gran bola roja supuestamente engullida por la enorme boca azulada y parsimoniosa del horizonte oceánico, ese horizonte que tantas y tantas veces había sido testigo de nuestras confidencias, nuestros secretos y nuestros susurros llenos de palabras de amor.
Al principio el acercamiento era muy tenue y difícil de apreciar.



Sólo unos pocos curiosos permanecíamos impávidos frente a la terrible
y bella escena, que se repetía día tras día. La atmósfera quedaba
suspendida y envuelta por un tenue velo que cambiaba de color según se levantaba la mañana. El diminuto polvo en suspensión que el viento traía de muy lejos hacía que el espectro de colores tornara del rojo más pasión a un violeta color uva tinta, como si de una improvisada vendimia se tratara. Los animales se paraban a contemplar el fenómeno. Pasados unos segundos volvían a correr por la playa, a volar por el cielo, nerviosos, esperando a que el acontecimiento llegara a su clímax. La tensión se podía percibir especialmente en estos comportamientos animales, siempre más espontáneos que los de los humanos.




Al principio los acontecimientos se desarrollaban con lentitud y parsimonia. Nubes estiradas hacían de visillo para hacer del rojo toda una escala de irisaciones que desde el fondo del horizonte estallaban filtrándose entre los pinares que crecían a la orilla de los acantilados. La bola caía lentamente, como si la gravedad no pudiera con ella, queriendo buscar un punto del mar en el que rebotar y hacer de nuevo nacer el día sin pasar por la noche.


Las sombras se alargaban, esbeltas y amenazadoras. Una brisa helada y húmeda me empezó a calar los huesos. Levanté la mirada y la velocidad del acto aumentó de una manera desenfrenada. Primero fue una pequeña muesca que, tímidamente, horadaba la superficie del Sol. Al parecer era apetitosa, y el gigante azul oscuro seguía tragando y tragando. Los tonos se hicieron más intensos, llegando al granate e incluso al morado. Un grito de color llegaba a las retinas de los que allí nos encontrábamos. Quedaban segundos para que no quedara nada ya que tragar.


La saliva se secaba en nuestras gargantas. Sólo una delgada línea roja se percibía sobre la línea del horizonte. En ese momento un caballo apareció enloquecido desde la otra punta de la ensenada, en dirección al lugar donde se iba a poner el Sol. Su jinete agitaba las bridas con una pasión y una fuerza inusitadas y los músculos de la bestia se contraían con una gran intensidad. Sus ojos, y los de su dueño, inyectados en sangre, volvieron su mirada hacia el grupo que contemplaba asombrado la escena.


Nos miraron, y sus pupilas se clavaron en las mías. Eran las mías. Aquel jinete era yo. Nos miramos durante unos segundos y jinete y cabalgadura se perdieron en el horizonte mezclándose con el granate de la bruma que rodeaba el lugar donde la gran bola había desaparecido. Pasaron unos segundos, interminables, y el frío se hizo más intenso y continuo. Los forros polares y cazadoras hicieron su aparición y el calor humano hizo más intenso aquel mágico momento. El silencio dejó paso a unos suaves murmullos que crecieron transformándose en risas frescas y afables. La vida siguió su curso inexorable y cada unos siguió con sus cuitas.


En aquel lugar permanecieron unas pocas parejas, y al conjunto se unieron pacientes pescadores. A lo lejos, todavía se adivinaba la estela de un caballo y su jinete. Mientras tanto, los niños, vespertinos, jugaban con una cometa aprovechando las luces del crepúsculo. Me miraron y yo les sonreí. Izalda apareció envuelta en una manta, se sentó a mi lado, en silencio, uniendo sus manos a las mías, mientras oíamos crecer a nuestros hijos ...

miércoles, 17 de diciembre de 2008

HIJOS

En una de esas tertulias nocturnas de gin tonic en copa de culo ancho hablaba con unos colleghi sobre las estampas costumbristas de una familia media (como siempre que hablamos de lo “medio”, nos referimos a lo nuestro), de un treintatodero como yo, con mujer e hijos que creen en los Reyes Magos.

En medio de la conversación me paré a pensar que ya no recordaba bien la sensación de “no tener hijos”, de “no ser padre”. Tal es la fuerza que la Naturaleza imprime a la entidad de la paternidad.

La verdad es que el macho hace bastante poco en este invento que es la procreación, pero le cunde más que a la hembra, al menos en la especie humana. Nos libramos de un proceso de metamorfosis tremendo en el cuerpo que pone a prueba la salud mental y física (si a la mujer se le pasara un consentimiento informado del embarazo y parto, la Civilización Occidental habría acabado hace años). A cambio, y a poco listo que se sea, se reciben cariños sinceros, sin pretender nada, sólo por hecho de ser quien eres. Caricias difíciles de equiparar a nada que conocieras antes. Miradas limpias que pretenden meter tu ser dentro de su cerebro para intentar imitar tu comportamiento en un mundo que empiezan a descubrir.

Por eso es tan difícil ser padre, mucho más que ser madre. Ellas lo tienen todo ganado, tal vez por ese intercambio de fluidos sanguíneos que tiene lugar durante nueve meses y de lácteos durante un tiempo variable tras el nacimiento. Nosotros nos lo tenemos que ganar todos los días.

Es duro pensar que van a resaltarse siempre tus errores, tus debilidades y tus momentos de duda y desconcierto. Un hijo necesita certezas, seguridades y protección. Y el padre es una figura ideal para darle eso. Cuando lo que recibe es diferente, el hijo sufre más que con cualquier cosa. Él no entiende que a veces es lo que hay que darle, aun sin quererlo, y con más sufrimiento por nuestra parte que el que pueda imaginar en su pequeña mente.

Por eso los hijos disfrutan en el fútbol, el baloncesto y todas esas cosas estereotípicamente masculinas, porque le unen al padre como le unía a la madre el cordón umbilical. Y quien dice fútbol, dice coleccionar cosas, ir de excursión o leer un buen libro. Él quiere ser como tú, andar como tú, sentir como tú...

Y por si fuera poca la dificultad descrita, también tenemos que dejarles que sean ellos mismos ...

Seguiremos reflexionando sobre el tema.

P.D.: “... esta corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito.”

PEDRO SALINAS

sábado, 13 de diciembre de 2008

EN FIN

En fin.
Pensándolo mejor, pienso que es más lógico decir "en principio", ya que resultaría desalentador acabar nada más empezar.
Empiezo así porque la cibernética que un día creí dominar, me da una serie de pautas que en absoluto me convencen. No puedo poner fotos, ni ennlaces, ni compartir páginas con vosotros. En el mundo de la comunicación globalizada y globalizante, me hallo en una ínsula desierta, no se si Barataria o no, de la que no sé como voy a escapar.
Vamos, que ni de Ciencias ni de Letras, sino todo lo contrario. Pero tesón, eso sí que tengo... Y perseverancia, a manos llenas.
Mi padre decía, hablando de gente a la que admiraba de verdad "el hijo del maestro nunca es aprendiz". Y reflexionando sobre los maestros no puedo evitar pensar en uno de los maestros más grandes que nos dio en lo años ochenta la caja esa, que ya ni es caja ni es nada, que se ha quedado en marco con espejo y monigotes que se mueven y hablan. Me refiero al"Búfalo", fiel escudero de Juncal.
No es que me gusten los toros, pero hay una frase que me quedó grabada cuando la vi y que ya quisiera yo que me la dedicaran algún día. Decía más o menos así: "Niño, fijate bien en lo que vas a ver ahora, que no vas a ver torear a nadie así en tu puta vida". Eso es amor de padre y lo demás es tontería.
De amor, de momento vamos bien, aunque si se recibe de más, nunca viene mal, pero algo de conocimientos cibernéticos, sí me hace flata. Pues que rule, que rule.

P.D.: En este blog que he encontrado, hablan de çJuncal. Si os pica la curiosidad, lo podéis mirar.
http://gominaspower.blogspot.com/2008/10/juncal.html

viernes, 12 de diciembre de 2008

UNO

Junto con el cero es, en el lenguaje de la lógica matemática, una herramienta con la que se puede crear todo aquello que pueda ser imaginado. Son las moléculas de la vida cibernética. Aquellos que dominan la combinación de estos sencillos elementos (lo más sencillo que podría imaginar) son capaces de crear mundos lejanos y ofrecerlos al mundo a través de unas pantallitas que al principio podrían generar rechazo en el amante del negro sobre blanco.
He elegido este título porque es lo primero que hago en esta fría mañana de Diciembre para poner en marcha algo que no sé hacia dónde va a dirigirse y que espero se prolongue en el tiempo y en el espacio. Empieza un poco pobrete pero me doy un mes de plazo para enriquecerlo con todas esas cositas que tanto gustan, propias o prestadas, regaladas e incluso compradas.
Gracias a Pe que me ha dado la idea y a Izalda, anticipadamente, que espero me lea con fruición. Algunos coleghi de los de toda la vida seguro que se unirán a lo largo del camino.
Saludos