martes, 28 de abril de 2009

TANNHÄUSER

Hace casi un mes acudía al Teatro Real de Madrid, casi fiel a mi cita con el abono de ópera que, tras esfuerzos ímprobos, conseguí hace años, y que renuevo religiosamente, no en vano lo considero uno de mis bienes más preciados.

Nos tocaba Tannhäuser, uno de los platos fuertes. Es una de esas obras que te reconcilian con el mundo de la Música, que te hacen sentir parte de la Belleza, del Sentimiento, de la Pasión desbordada (todos estos nombres aparecen con mayúscula, no por casualidad).

Si no nos importara nada la historia o fuéramos ciegos o inapetentes, podríamos quedarnos con la Obertura, preciosa, que os pongo a continuación, para que escuchéis mientras seguís leyendo.



Por su parte, la historia es terrible, un dramón o un tragedión, como buena ópera. Está inspirada en la historia real de un caballero cantor alemán nacido a principios del siglo XIII que, arrepentido de su pasado, se traslada a Roma para obtener el perdón del Papa y recibe su condena, unida al certamen poético de Wartburg, famoso en la Edad Media. Todo ello se une a la leyenda de Santa Isabel de Hungría y el mito del Venusberg -monte de Venus-, como mito germánico pagano anterior a la llegada del cristianismo, para presentar el conflicto entre los sentidos y el espíritu. Venus -la mala- y Elisabeth -la buena y virtuosa- personalizan la lucha entre el pecado, dueño de la belleza eterna y el amor puro y espiritual, que lleva a la redención a través del sacrificio y la muerte.

La música es excelente, los cantantes rinden a un gran nivel y el coro se sale. El director, López Cobos, todo un experto en Wagner, cosecha un gran triunfo.

¿Adivináis lo que sale en la tele y demás medios de comunicación? Pues está claro, la orgía del primer acto, que podéis ver a continuación.




Evidentemente, como se puede apreciar, la orgía simulada, no está mal, pero creo que el público del Real es mayorcito para saber separar la paja del grano (va sin segundas) y dejar esta parte del montaje como un mera anécdota que no debe hacernos olvidar el espectáculo musical tan maravilloso que pudimos disfrutar y que, por cierto, hacía tiempo que no disfrutábamos.

Saludos, ir al cine, al teatro y la Ópera, si podéis.

5 comentarios:

  1. No he ido nunca a la opera Nuareg,tengo que apuntarme eso en la lista fíjate. Me gustó la musica, escuchándola sin pinchar el vídeo, no lo relacionas fácilmente con las imágenes.

    (Bueno la tele ya se sabe)

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Jo, Nu, me reconozco una inculta musicalmente hablando, pero a la vez, he de reconocer que cuando oigo cosas así algo se me remueve dentro. El caso es que nunca la busco, apenas nunca me pongo música, ni voy a conciertos, nunca acudo a la ópera...y sin embargo siento que me conmueve.
    Es raro esto que me pasa a mí con la música.

    Gracias por tu aportación musical. Es preciosa.

    PD: la orgía,flojita.

    Un besico.

    ResponderEliminar
  3. Esperanza: la ópera y la música clásica son como un vicio. Si te coge, no te suelta. ¡Bendito vicio! Déjate enganchar ...

    ResponderEliminar
  4. Pe: tus comentarios son siempre muy apreciados en Zahara, ansiados, diría yo. Lo de la música os pasa a muchas chicas, pero si os acercáis caeis como mosmcas rendidas a sus pies. Prueba y verás.

    ResponderEliminar
  5. Sí, es algo así como "ir de durita", pero luego ser la primera en caer.
    A mí me pasa mucho.
    Me lo tengo que hacer mirar.

    ResponderEliminar