Según puedo leer en estos momentos de insomnio forzado, se llama acto fallido a aquel acto que manifiesta una forma de expresión diferente y aún contraria a la intención original del sujeto, pudiendo ser en la acción, en el discurso verbal, o en un gesto.
He de reconocer que la Psiquiatría me resultó siempre algo antipática, aunque era la asignatura en la que mejores notas sacaba en la carrera. Si hacemos caso a
Freud, eso también era un acto fallido, y mi rechazo se manifestaba en forma de una brillantez académica que no alcanzaba en mis materias predilectas.
No soy muy amigo de realizar interpretaciones enrevesadas ni mucho menos retorcidas sobre los comportamientos de las personas, pero si nos dejamos guiar por prejuicios
psicoanalíticos, el mundo estaría lleno de actos fallidos: la novia que no te llama (en realidad no lo hace porque está loca por ti), el profesor que te suspende (lo hace para motivarte), el padre que te castiga (en realidad quiere
premiarte), el jefe que te putea (lo hace para promocionarte) y muchos otros que seguro se nos ocurren.
La realidad es que a veces lo que hacemos no se corresponde con lo que queremos, no quiero lo que hago, aunque crea que hago lo que quiero. Un gesto de
antipatía o de mala uva forzada a veces atrae a un admirador que tiene sus
aferencias visuales cegadas, y se lanza a recibir topetazos a
go-
go con tal que conseguir los favores de una amada que permanece impasible (quizá
regodeándose en su interior) mientras el pobre diablo insiste e insiste.
Una mala respuesta de un niño pequeño a su padre se considera a veces como un acto de rebeldía y
autoafirmación o como una manera de obtener más atenciones. Y aquí no podemos decir que la Sociedad ha maleado al buen salvaje de
Rousseau. ES QUE SOMOS ASÍ, y e muchas ocasiones nos empeñamos en ser así.
Como
neodarwinista os diré que la especie que mejor se
adapta es la que sobrevive, que aquella que consigue una mayor plasticidad en la relación con el medio y sus semejantes, es la que sale adelante, que aquella que dice lo que quiere decir, hace lo que quiere hacer y siente lo que quiere sentir, se lleva el gato al agua, Y ES FELIZ.