jueves, 26 de febrero de 2009

FÍSICA Y QUÍMICA



El amor es Física y Química, como dijo en su momento hace años el nóbel Severo Ochoa. Luego esta ocurrencia fruto de una entrevista de revista de fin de semana la tomó para uno de sus mejores discos el genial Joaquín Sabina.

Es un clásico de la prensa nacional e internacional el dar noticias de revistas científicas adaptadas por vaya a usted a saber quien y con qué conocimientos. ¿Cuántas veces habéis leído noticias sobre tal o cual tratamiento definitivo contra un determinado tipo de cáncer? Da la impresión de que son noticias que rellenan bastante y que se leen sin profundizar mucho en el contenido del artículo.



Ahora está de moda hablar sobre la ubicación de los sentimientos en el cerebro humano. La famosa corteza prefrontal es la estrella del córtex cerebral. Entre ella y el hipotálamo parecen albergar todo tipo de pulsiones, suaves unas, arrebatadoras otras y las conexiones entre ellas y el resto del cerebro dan lugar a todas las manifestaciones lúbricas o sensuales que podríamos imaginar. Parece que según como seamos ya sólo podemos actuar de una determinada manera, a no ser que nos den una determinada medicina mágica que nos permitirá manejar nuestros sentimientos y nuestras pulsiones en una u otra dirección. Los osados periodistas llegan a preguntar a científicos ocasionalmente populistas si está cercana la píldora del amor, o las gotas del olvido o las pastillas contra los moscones pegajosos. Evidentemente, la respuesta es siempre no.

El organicismo está muy en boga, cada día más. Como “hombre de Ciencia” –aunque no sé si soy más de letras o un híbrido a mitad de camino de ambas- creo que es una simplificación excesiva de las nvestigaciones médicas, que suelen encaminarse más al estudio de determinadas enfermedades y su tratamiento, que dan lugar colateralmente a conclusiones como las descritas. Repugna a veces un poco a la sensibilidad humanista que por unos pequeños cambios en la serotonina te guste más la rubia que la morena o la alta que la baja, o la lista que la tonta.

Sospecho que todo es muy complejo y que el organicismo no explica el conjunto de las cosas. Tampoco lo haría el conductismo. La utilización de cualquiera de estos extremos para explicar cuestiones relacionadas con lo más íntimo del comportamiento humano da lugar a un maniqueísmo que suele ser erróneo, aunque dé para una columna en las páginas de “Ciencia” del periódico en el mes de Agosto.

Inspiran más simpatía las explicaciones simbolistas y psicológicas que tanta molécula y neurotransmisor, aunque lo digan en Redes.

El amor es Física y Química, pero también pasión, locura, miradas, olores, sonidos, melodías, llamadas, olvidos, reencuentros, poesía y correr entre las flores.

¿Hay algo más sencillo que una flor?

¿Hay algo más complejo que una flor?


P.S.: Para muestra, un botón.

6 comentarios:

  1. Hola Tuareg,

    El programa de Redes es enganchante e interesante, pero es cierto que al final dices ¿es todo física y química?
    A mi que tiendo a la complejidad y de ella trato de buscar la simplicidad para entender las cosas a veces me parece decepcionante.

    Teniendo en cuenta además que con cierta base científica, el resto de la explicación se rellena con conjeturas, hipótesis, supuestos...

    Hay un capítulo en Redes, en efecto, en el que hablan del amor, bendito amor y nos hablan de que lo que no podemos controlar, esa atracción está en una serie de sustancias y procesos químicos que tocan una determinada (no me preguntes cual) zona del cerebro.

    Las personas y las cosas nos gustan o no nos gustan, nos atraen o no nos atraen, pero eso es más o menos pasajero y puede variar inexplicablemente.

    Evidentemente la física y la química no es todo.

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  2. Coincido contigo en mucho de lo que has dicho. Lo que está claro es que lo que conocemos es una mínima parte de lo que realmente es, y al final, lo que nos cuentan, especialmente en progrmas divulgativos de esa clase son meras hipótesis, brillantemente formuladas, pero hipótesis al fin y al cabo.
    Donde esté una puesta de Sol con la persona amada, donde esté dar un paseo entre los árboles con tu familia, donde esté un abrazo sincero, que se quiten las pastillas de serotonina hipotalámico-prefrontal.
    El amor es Física, Químicas, Matemáticas, Conocimiento del Medio, Filosofía, Literatura, incluso Medicina, si vienen del corazón.

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  3. Yo (osada y periodista, las dos cosas, no sé si juntas también): "¿Está cercana la píldora del amor?"
    :-)

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  4. Precioso post, que como se observa sale directamente de tu corazón (y no sé si me estoy refiriendo a ese organo musculoso de cuatro cavidades que alberga nuestra caja torácia sino al CORAZON, al otro).
    "El amor atiende a razones que la razón no entiende"...Nunca nadie me podrá convencer de que el deseo que siento por alguien, la pasión, el amor, la atracción, tengan su origen en una u otra zona cerebral y que todo sea explicable por parámetro fisicos y orgánicos.
    Somos más que átomos, neurotransmisores y neuronas.
    Como tú bien expresas, somos también...ALMA.

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  5. Lunarroja:
    La respuesta, a bote pronto, es NO.
    ¿Cuánto costaría fabricarla? ¿Sería la pastilla del amor, o del deseo? ¿Nos convertiríamos en una especie de Jean-Baptiste Grenouille, pero más finos?

    Sería complejo abordar esta cuestión. Desde un punto de vista médico, puede ser como encontrar la pastilla de te deje comer lo que quieras y estés del todo estupendo. Tal vez ésta última tendría más adeptos a largo plazo.

    ¿Cómo sería la pastilla del amor? ¿Una Viagra del "cuore"? Quien más y quien menos conoce los efectos del amor "estilo natural" (ya sabes, "quien lo probó, lo sabe"), aunque no siempre sepamos como dar con la dosis adecuada. Incluso podemos llegar a imaginar los efectos secunarios del amor o del deseo. ¿Cuáles serían los de las pastillas rosa, con flechas dibujadas en el dorso? ¿Y cuáles las contraindicaciones? ¿Estar previamente enamorado? ¿Y si la persona de la que nos enamoráramos fuera del sexo opuesto al que nos gusta?

    Visto así, creo que ningún laboratorio se arriesgara a fabricarla. Lo veo todo demasiado complejo. A su lado, la Viagra es como añadirle un aditivo a un motor algo escacharrado, demasiado simple, lo suficientemente simple como para que lo podamos fabricar.

    Pero ¡oh, el amor! ¡oh, el deseo! Si las cosas fueran como en las historias de los libros, al final no funcionaría. Y es que el cerebro es más listo que muchos de sus usuarios y, como en Jurassic Park, la naturaleza se rebela y va por el camino que más le conviene, y así nos enamoramos de la fea o de la chica que no nos hace caso, y no paramos hasta conseguirla, y con tesón, insistencia y unas flores, podemos llegar a conseguirlo.

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  6. Penélope: en el fondo, los brujos de la tribu (a cuyo club senior pertenecerás muy pronto) no nos creemos casi nada de lo que nos cuenta, aunque nuestro trabajo sea luchar contra el cerebro e inhibir sus funciones durante un rato. Y lo conseguimos, pero relativamente.
    ¿A que te han llamado la atención lo que te cuentan algunos pacientes después de una anestesia con sueños, llamémolos "cariñosos". Algo está pasando ahí dentro, y creo que nunca llegaremos a conocerlo bien, tal vez porque no todo esté ahí dentro (tampoco de cintura para abajo, ojo).

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