Rojo, desierto de color, ¡detente!
Fulgor entre la bruma, nubes rojas, negro grana.
Piel desnuda, oscura, curtida de la vida y de la sed.
Mucho tiene quien poco precisa.
Rico es quien mucho recibe;
el Cielo, para quien todo da.
Mirada azul, del frío en la noche.
Rostro oculto, de la mirada esquiva.
Sienes limpias, amor verdadero.
La mancha de mora, con mora se quita.
De bien nacido, ser agradecido.
Besos que se dan, no vuelven.
De jirones de tu piel, tostada y furtiva,
de retazos de tus días, largos,
dejaste mis manos llenas.
Del roto y el descosido,
de necesidad, hacer virtud,
el mal, cien años no dure.
Sombra larga y oscura, lejana y altiva.
Cabeza fría, corazón fuerte, fuego amigo.
Lucha de gigantes, mente y vida.
Desesperando en la espera,
anhelando una llamada
del destino.
Te alejas, de mi vida, de mi muerte.
Me dejas, de frente y sin fatiga,
Solo ante el destino.
Libertad, tesoro del que vaga,
sin rumbo, pero con guía,
entre la gente, distraído ...
Cuando vuelvas, me habré ido,
del desierto en la ciudad,
a la montaña y la vida.
Amor, vuelve.
Quién soy yo para ayudarte a escribir un libro
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Hoy voy a responder a una pregunta que yo me planteo a veces: «¿Quién soy
yo para ayudarte a escribir un libro? ¿Te puedo ayudar?» […]
Origen
Hace 1 día
Genial!!!!!!
ResponderEliminarSólo eso.
Gracias, reina.
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