jueves, 19 de febrero de 2009

ESCRIBO O ESPERO

Mientras escribo, espera que te espera; mientras espero, escribe que te escribe. ¿Qué fue primero, la gallina o el huevo? En la nebulosa de los sueños vespertinos, entre la neblina de una modorra pasajera, entre atribuladas y azarosas, ansiosas y agitadas, las palabras salen de mis manos. Parece que ellas mismas tengan vida.

El reloj en una esquina gira y gira, sus manecillas avanzan lisonjeras. Con un giro imperceptible en mi barbilla, mis ojos las contemplan extasiado. Mientras tanto, mis manos, escribe que te escribe. Mientras tanto, mi corazón, espera que te espera.

En la puerta contigua un ruido me estremece. Ha sido tenue, liviano, pero mi corazón se altera. Nunca sabré quién fue el que llamó insistente a la puerta que junto a la mía se cierra, sin respuesta, esquiva. En su interior, como en el mío, hay un alma que espera, en silencio, una llamada, que le diga ..., que le diga "ven, anímate y espera".

La espera me alimenta, me nutre y me fustiga. Hace de mí receptor de caricias etéreas, que desean convertirse en ardorosas y densas, intensas y plenas. Mi sopor me mantiene extasiado en pensamientos sublimes, de desiertos y selvas, que me hacen sentirme animal de lianas, dunas y palmeras. Me mece una zozobra que, más que peligro, me inspira en la espera. Mientras espero, en el teclado, el cursor, escribe que te escribe; mientras escribo, la pantalla, espera que te espera.

En una esquina, un corazón desesperado, escribe, en una libreta, pensamientos y misivas. Es corazón en espera, todavía entero, pues la esperanza le mantiene, le mantiene con vida. Si al esperar, desespera, quedará roto, quebrado, hecho jirones. Si con la espera, la paciencia le abandona y la inquietud vence en su interior, altiva, tal vez abandone aquella esquina, dejando en aquel suelo su lápiz y libreta, con pensamientos y misivas, al albur de una brisa mañanera, que las haga llegar a su destino. Y en mi destino, mientras escribo, espera que te espera. Y si no llego, mientras espero, escribe que te escribe.

Y Mientras lees, piensa que me escribes; mientras te leo, pensaré que aún me esperas.

4 comentarios:

  1. Yo espero, espero que escribas, pero no desespero,
    porque lleno mi espera con momentos diferentes, con otras esperas.

    Muchas veces esperamos que pasen cosas, que lleguen momentos.
    Las esperas nos alargan la vida, como a los niños, que esperan con ilusión y que como no saben medir el tiempo, el tiempo se les hace largo.
    Esperar,a alguien, de alguien, a algo, de algo... Hay que correr el riesgo, aunque nos desespere.

    Yo espero que tu escribas para que me sorprendas, para que me alargues la vida.

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  2. Delicioso.

    Yo también espero. Aunque a veces no sepa muy bien el qué.
    Besos esperanzados.

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  3. Izalda: Ya sabes que la inspiración no viene cuando tu quieres, llama a tu puerta cuando menos te lo esperas, y hay que cazarla al vuelo.

    Como a ti ...

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  4. Lunarroja: tu gusto es el mío, y me sabe a perlas. Gracias por tus delicias.

    Besos, siempre esperanzados.

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