viernes, 12 de junio de 2009

EL BESO

No descubro nada nuevo cuando pienso en voz alta y digo que viajar nos da una perspectiva diferente de nuestro mundo, que nos ayuda a valorar con mayor claridad lo bueno y lo malo que nuestro entorno nos ofrece.
No me gustan los viajes organizados, prefiero documentarme por mi cuenta, buscar fuentes diversas, preguntar a conocidos, indagar por mi cuenta. Las visitas guiadas me generan en ocasiones desconfianza, aunque reconozco que a veces nos aportan conocimientos de gran interés.
Si viajamos por nuestra cuenta podremos ser capaces de captar matices que de otra manera nos pueden pasar inadvertidos.

"El beso", de Francesco Hayez




Francesco Hayez nació veneciano a finales del siglo XVIII y se convirtió en el máximo exponente del romanticismo histórico en la pintura italiana. Comenzó a pintar muy joven y el salto a la fama le llegó tras ganar un concurso de la Academia de Venecia, que le llevó a ser alumno de la Academia de San Luca, cerca de Roma. Se trasladó a la capital, donde pasó a ser discípulo de Canova. De allí tuvo que marchar inesperadamente tras una reyerta, parece ser con faldas de por medio. Se trasladó a Nápoles y de allí terminó sus andanzas en Milán, donde dirigió la Academia de Bellas Artes de Brera.
Es en este museo donde se encuentra este magnífico lienzo, en el que vemos a una pareja, en el interior de un castillo o palacio, besándose apasionados, furtivos, como si el enamorado, con atuendo de caballero romántico, estuviera siendo perseguido por enemigos ciertamente peligrosos. Nuestro héroe no teme al peligro, lo desafía y se presenta junto a su amada para darle un beso con el que sella su amor.
Visto en directo, el cuadro impresiona por su sencillez y por el contraste de sus colores, rojo en las piernas de él, azul celeste y brillante en el vestido de ella. Los rostro casi se aprecian, se encuentran escondidos en la maraña de labios que sellan su unión. La atmósfera es caballeresca, muy acorde con el sentir de la época romántica, en la que se exaltan valores tal vez hoy demasiado olvidados.
Cuando salgáis, entrad en los museos. Enseñan cosas que en la calle no se encuentran.

11 comentarios:

  1. Hace un par de días he visto dos personas (mujer y hombre, relativamente jóvenes) besándose de manera casi igual, en la calle por la esquina, en frente de un coche desde donde uno de ellos apenas había salido (él? ella?), la puerta todavía abierta (o iba a salir uno de ellos). Me pregunté: por qué ese abrazo y beso tan intenso?

    Un abrazo

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  2. ¿Donde está ese hombreeeeeee?????? (Tendré que ir a un museo para encontrarlo??)

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  3. Lo de viajar... bueno qué te voy a contar. Y en cuanto al beso...ya me gustaría contar más.
    Una sonrisa enmarcada

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  4. Ando necesitando un beso de esos...y si es en Italia mucho mejor =)


    Besos para allá!!!!!!!!!!!!!!!

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  5. No ya besos, abrazos de esos que te funden, que te hacer sentir que nada puede pasar.

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  6. Giovanni: y es que la realidad y el arte, con su parte de ficción, pugnan para superarse mutuamente. Sólo falta que la realidad y el arte se junten para dar muestras como este cuadro y muchos otros que vemos en el rincón más insospechado.

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  7. Pe: pues si quieres te doy su dirección ...

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  8. Ilia: los besos están a la vuelta de la esquina. Nepal es suficientemente impresionante por sí solo.

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  9. Blonda: te remito también a Via Brera, 23. Milano.

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  10. Izzi: gracias a ti, me fijo en estas y otras cosas que antes no llamaba su atención.

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