lunes, 28 de diciembre de 2009

EL SALÓN DE LA ABSENTA

La escalera de la casa olía a humedad rancia y mohosa. La pintura se encontraba desconchada y muy deteriorada. No sabría precisar desde cuando no se le lavaba la cara al interior del inmueble. Helena me había convencido para que le acompañara, después de nuestra charla, y una vez terminada su última clase, a tomar una copa de absenta casera al salón de su casa. La curiosidad que me produjo semejante ofrecimiento pudo finalmente superar mis miedos y prejuicios judeocristianos, esos prejuicios que, profundamente imbricados en mi interior, me impedían simultanear dos lechos femeninos de un modo simultáneo en el tiempo, que no en el espacio. El recuerdo de mi ex-mujer, unido a las tentaciones pasadas de serle infiel con una joven estudiante, y excitante paciente, no hacían más que atormentarme martilleando las neuronas que gobernaban lo que yo entendía como nobleza de espíritu.

Esa nobleza no había sido recientemente correspondida ni comprendida por la sustituta de mi ex, en este caso una enfermera del hospital, que no había dudado lo más mínimo al liarse con el anestesista de guardia. Parece que tengo manía a esta noble profesión, aunque creo que es mucha casualidad que dos miembros de este gremio se hayan ocupado y preocupado en levantarme novias o proyectos de amante en diferentes momentos de mi vida.

Pero en este momento había podido más la tentación de lo prohibido, de lo desconocido, de la leyenda del néctar divino que era capaz de sublimar los sentidos y, una vez puestos al borde del abismo, ser capaz de hacernos llegar a las cotas más altas del placer. De mis años de estudiante curioso recordaba haber leído alguna referencia a su composición, con una mezcla de ajenjo, flores de hinojo y anís, con toques de plantas variadas que daban el toque personal de cada maestro fabricante. Todo ello destilado daba un compuesto de una altísima tasa de alcohol, potencialmente mortal, en caso de ser consumido de un modo descontrolado.Tan es así, que la tradición dio lugar a un ritual sagrado que permitía rebajarla con agua, a gusto del consumidor, evitando en alguna medida incidentes fatales en los osados bebedores.

Mientras subía las escaleras desvencijadas de aquella casa sin ascensor, con la mirada fija en la cadencia de aquellas caderas que parecían haberme hipnotizado, pensaba en sórdida escenas en la que se mezclaban vasos exóticos, con alcoholes extremos, perfumados incluso impregnados por trazas de cannabis. Pensaba en Oscar Wilde, en Sherlock Hoolmes, en Alan Poe y algún que otro maldito, pero sobre todo pensaba en Van Gogh y su oreja.

¿Que habría hecho la absenta en ese cerebro ya de por sí alterado, para inducir aquel hombre genial a cometer un acto tan autodestructivo como la autoamputación? El hecho de librarse de un apéndice auditivo, de un pabellón cartilaginoso era, para un pintor, una manera de entregar parte de su ser a una diosa a cambio de favores inconfesables. ¿Podría ser yo mismo capaz de hacer algo así?

- Venga, entra, ¿a qué esperas para entrar? ¿Te da miedo, Doc?, preguntó sin dejar de mirarme. ¿Te doy miedo?, dijo finalmente volviendo su rostro hacia una puerta abierta con alguna dificultad.

- Perdona, Helena, pensaba en un tratamiento, me he distraído, respondí poco convencido.

- No te creo, mientes muy mal, y lo sabes, sentencio Helena mientras encendía una luz de ambiente que hizo irresistible para mí el salón de su casa, el salón de la absenta.

6 comentarios:

  1. Vaya vaya con la "Hesenta".

    ¡Felicices Fiestas y felices musas!

    ResponderEliminar
  2. ......Sensualidad elegante!!!

    Diosss!!! No diré más sería imprudente.

    ResponderEliminar
  3. Bueno...como preludio, "no está mal"...mejoraría si a la percepción individual le añades algo de osadía realista.

    Olimpia.

    ResponderEliminar
  4. ¿Decidió tomarla o no le hizo falta?
    Si decidió tomarla ¿ la rebajó con agua?
    Si la tomó sin agua ¿ Recuerda algo?

    Estoy preguntona hoy. Me ha creado curiosidad

    Feliz entrada al 2010

    ResponderEliminar
  5. Que el 2010 te de todo lo que le pidas...

    Besos y un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Respuestas:
    - Sé imprudente
    - Define mejor osadía realista

    Gracias por los comentarios. Se admiten sugerencias.

    ResponderEliminar