lunes, 18 de mayo de 2009

MIENTRAS ESPERO II

Mientras espero, sino cruel el mío, de nuevo escribo. Miro todo lo que me encuentro a mí alrededor y mientras miro, escribo y escribo. No sé muy bien porque lo hago, pero no encuentro remedio para dejar de hacerlo. Mientras veo lo que hacen los que me rodean, escribo y escribo. Ellos me ven, pero no saben lo que escribo.
El tiempo de la espera se hace largo. Lo dicen los niños, me preguntan mis hijos. El tiempo se hace largo mientras algo esperas, y nos pide que le matemos, pero lo hace porque sabe que él nunca va a morir, y que nosotros algún día lo haremos, pero nos consuela haciéndonos creer que le herimos con nuestras maniobras para despistarlo.

Suenas mariposas en mi estómago, aunque no son fruto del amor desatado, que también, sino de la falta de contenido en mi tubo digestivo. Eso hace algo más amena la espera, aunque el tiempo trascurra lento y provocador. Me esfuerzo para que las palabras queden bien plasmadas en la pantalla del portátil, pero no hay manera. Los errores de dedos rápidos y alguna falta de ortografía, ocasionalmente vergonzante, hacen que el hilo de la reflexión se vea interrumpido con las pausas requeridas para la corrección correspondiente.

Los monitores son rebeldes e interrumpen mi discurso. Los miro, contemplo sus colores y sus cambios con interés. Todo marcha bien, el escrito puede seguir sin peligro. La espera se acorta, mas se hace intensa por momentos. Los ruidos de mis tripas aumentan. Ya no son mariposas ni farfallinas ni butterflies ni nada por el estilo. Se han convertido en tripas corrientes y molientes, material primario de mi organismo, que reclama su sitio en la rutina diaria.

Reclaman su sitio las tripas. Han sido injustamente relegadas. El estómago habla al resto del cuerpo, avisando que ahí está, con sus primos los intestinos, el delgado y el grueso. Y dice que es mejor hacerles caso, por el bien del resto de órganos, aparentemente más nobles, pero en el fondo débiles y dependientes.

Chambao suena en la radio, y apaga los ruidos, casi rugidos, de mi tubo digestivo. Cedo ante sus avisos, me pliego a sus designios, termino de escribir, guardo lo escrito, cierro el portátil, busco un amigo y me voy a comer.

8 comentarios:

  1. Trabajar y comer fue el título de un vídeo que hice y fácilmente se pueda alargar la lista con pensar, esperar, divagar, estar, caminar (al amigo por ejemplo).

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  2. ... menos mal que no estabas en la ópera!!!
    :-)

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  3. Si no te ibas a comer, yo iba a darte una galletita porque me estabas contagiando el hambre muchacho.

    Besos.

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  4. Pues sí, porque habría quedado muy mal y además te clavan que no veas en el bar (cada vez abundan más los picnic espontáneos con sandwiches de Rodilla)

    Besos líricos

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  5. Esperanza: ¿a que es contagiosa? De ahí lo de buscar un amig@ ...

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  6. Jeje, lo mejor que podías hacer...Comidita con colega y charloteo. Que bien sienta a veces!

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