martes, 12 de mayo de 2009

ITV

Hace unos años, mi admirado y difunto Umbral decidió escribir un libro de esos suyos de temas variados con la famosa pildorita azul que toman algunos para estimular el cerebro ese que tenemos debajo de la cintura. Con la agudeza y oportunismo que siempre le caracterizó la probó, sólo por experimentar, según él, no por necesidad, y le salió "Historias de amor y Viagra".

Empiezo así no porque la necesite, al menos no de momento, sino por el hecho de escribir bajo los efectos de fármacos que afectan de una u otra manera al SNC. Y ese es mi caso hoy. He pasado una especie de ITV de las tripas por dentro y para ello me han puesto la leche esa que sale en Anatomía de Grey. Aunque ya la había probado antes (por necesidad, no por vicio, que quede claro), nunca había hecho el experimento, y aprovecho la ocasión, puesto que la siguiente sita es dentro de tres años, y ya es largo fiarlo para tanto tiempo.

¿Cómo me siento? Aparentemente bien. Confieso que estaba con miedo y nervioso, la espera ha sido tensa, aunque amenizada por mi gente. Luego todo ha ido muy rápido: te tumban, te pinchar, te ponen el dedo de ET y te duermen. Así de fácil. Te duermen la siesta, como a los bebés. Quieras o no te duermes.

Es un sueño plácido, como de borrachera, pero sin resaca. Te despiertas, y sólo quieres hablar, y hablas. Y de la mitad no te acuerdas, así que no sabes bien si has dicho ninguna tontería, que seguro que sí. Vamos, que yo le he preguntado la primera enfermera que me he cruzado que si tenía hemorroides, así, delante de todo el mundo. Y la verdad es que te da igual. Es como los restos de un "pedete lúcido".

Luego te vas a desayunar, con un hambre que no veas, lo cual es buena señal, o instinto de supervivencia: después de una experiencia traumática el cuerpo pide energía, y vas a "La Despensa" y te zampas café, bollo y zumito de naranja, como un señor. Ya repuesto, viene el cansancio, y le pides a tu churri que te lleve a casa.

En casa, con la asistenta dando vueltas, no sabes que hacer, y tampoco le vas a explicar que coño haces en casa a esas horas, que cuando oye la puerta se cree que eres Jack el Destripador. Y digo yo, quien voy a ser abriendo la puerta de mi casa con las llaves. En fin, cosas de asistentas.

Pasan las horas, la euforia se pasa, te lees el informe, aliviado y enciendes el ordenador para navegar un poco, porque no te apetece hacer nada. El cerebro se ha quedado resacoso, aunque el cuerpo esté aliviado.

Voy a comer, y a olvidarme de los nervios del día anterior oyendo a The Beatles y a ver si se me ocurre un final para el cuento de Blonda, que el plazo termina mañana.

6 comentarios:

  1. Qué bonito este post, pareces un chico muy dulce en el.

    Besos.

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  2. La vida es así, y hoy me ha tocado un día de nervios con final feliz, y así os lo cuento.

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  3. Hermoso punto de vista para un momento tan molesto. Vos sí que sabés cómo tomarte la vida, y más si escuchás a Los Beatles.
    Besos sesentosos

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  4. Pues sí, y es que parece que los Beatles lo curan todo.

    Besos

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  5. Vamoavé, vamoavé...que te han sedado????? Y voy y me lo pierdo!! Con lo graciosos que os poneis con la sustancia esa, que decís unas cosas que pa qué.
    Bueno, me alegro que la ITV saliera bien...Que le queda mucha carretera a esa carrocería!

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  6. Pues sí, me han sedado, y nadie me ha querido contar las chorrads de la borrachera post-propofol, no sé si por excesivamente inconvenientes o por insustanciales. Me quedo con la segunda opción.

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