Frío, de repente, en mi ventana.
Frío, en la espera, de un final tardío.
Frío, en las calles, con las terrazas vacías.
Frío, en tus manos, que buscan mi abrigo.
Frío, en la noche sin Luna en mi ventana.
Frío, en mi cama, de hospital antiguo.
Frío, en el aire, de la ciudad dormida.
Frío, en el suelo, mojado de rocío.
Frío, en las mejillas de unos niños.
Frío, en los parques de mascotas paseadas.
Frío, y miedo a sólo sentir frío.
Frío, del viento que sopla en las fachadas.
Frío, de mis huesos helados por la pena.
Frío, por la pena de la ausencia de una vida.
Frío, que sólo se cura con un beso.
Frío, de tus labios en los míos.
Enciende tu voz: el desafío de escribir tu primer libro
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Este artículo es para ti si quieres embarcarte en una travesía única: la
aventura de escribir tu primer libro. No estoy hablando de un libro […]
Origen
Hace 4 días
Frio en la cima, con la humedad en el alma, frio en el valle, en las casas, en la cama...en los pies, en la cara. Calor y agobio en el asfalto, en las calles, en las miradas. Y en medio, un alma viajera que a momentos se sustenta y en otros pierde hasta el habla.
ResponderEliminarY si, tienes razon, la caricia de un beso nos devuelve la esperanza.
Una sonrisa colgada del Himalaya
Estamos bien cuando no sentimos frio ni calor cuando la temperatura no existe, cuando nuestro cerebro no nos manda señales.
ResponderEliminarPero es verdad, Nuareg, iliame, un abrazo no nos quita el calor, pero disuelve el frio.
Ilia: lo tuyo sí que es frío, y una aventura preciosa.
ResponderEliminarIzzie: a ver si quitamos el edredón, que ya pega fuerte ...
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