miércoles, 16 de septiembre de 2009

LA PLAZA MOJADA

La luna delantera de mi coche comenzó a llenarse de puntitas, durante muchos minutos separadas entre sí por centímetros de transparencia ligeramente velada por el polvillo que flotaba en la atmósfera de la ciudad desde hacía meses. Entré en el aparcamiento subterráneo cercano al palacio, despejado de coches particulares, ocupado en parte por dos solitarios autocares de turistas extranjeros.
Subí las escaleras que llevaban a la plaza y comencé a sentir aquel frescor, aquel olor, incluso aquel sabor. No había salido preparado de mi casa, tal vez por estar pensando en el partido de baloncesto de España o los asuntos idiomáticos que me traía entre manos. Llegué por fin a la salida del parking y las gotas de lluvia eran ya evidentes, aunque no impertinentes, al menos para mí. Eran sencillamente una gozada, una delicia, después de tantos meses.
Sin pensármelo dos veces, me encaminé al centro de la plaza, a disfrutar de las gotas, a mojarme cuerpo y alma, cerebro y corazón, para empezar el nuevo curso dejando que los secos poros de mi piel se abrieran a la humedad del ambiente. La piedra estaba ya mojada, y olía a lo que huele cuando se moja: a piedra mojada. Unos pocos turistas se guarecían bajo los grandes árboles que poblaban los alrededores desde siempre. Otros se hacían fotos bajo la lluvia como si nada hubiera pasado, no sé si conscientes de la escasa brillantez de sus instantáneas.
Hacía fresco, que no frío. Mis pies, todavía libres de calcetines, notaban la bajada de la temperatura, otoñal aunque el calendario no diga lo contrario. El abrigo que mi jersey me proporcionaba me envalentonó y decidí continuar bajo la lluvia, caminando hacia mi destino, dejándome embeber por las gotas que el cielo por fin nos enviaba, aunque no sepamos bien por cuanto tiempo ...

Lluvia, italiano, proyectos de futuro, el curso que empieza, juntos siempre, de nuevo el trabajo, tantas cosas que la lluvia, al menos en mí, estimula e impulsa.

Que siga lloviendo, por favor, que siga ...

4 comentarios:

  1. Ahhhhhh, no me aguanto, tengo que decirlo. Esto es precioso!!! Casi parece el inicio de una novela me encanta, he continuado la historia de otra manera, metiéndome en tú jersey, y robándote las sensaciones que te produce la lluvia, acomodándolo a las mías.

    Una descripción perfecta.


    Lindo, lindo, muy lindo.

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  2. Por cierto, me apunto "embeber" entre las palabras favoritas, no la conocía.

    Perdón por comentar de manera anónima, me resulta más cómodo.

    Un beso.

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  3. la lluvia es una fuente interminable de inspiración como cada gotita que cae, enhorabuena por este escrito es muy bueno

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  4. Sara y anónimo: ¿hasta donde nos llevará esta "plaza mojada"?

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