Un piano recibe caricias en un salón iluminado por unas velas que están a punto de consumirse. Los vecinos comienzan, algo irritados, a oír las melodías que salen de aquella casa, aquella casa en la que nadie vive desde hace siglos, ¿o eran horas? El marfil y la caoba de los muebles, de las teclas de un piano en la pared, sin una voz que lo acompañe, al menos en los primeros acordes.
Cuentan que a este barrio vino a vivir un negro cubano, alegre y zumbón, y quedó prendado de la voz de un chico gitano nacido en pleno rastro, entre guitarra, mueble viejo y olor a fusión. Cuentan que una vez un chico gitano de los madriles escuchó a un pianista cubano, negro, viejo y guasón y decidió regarle al mundo las canciones más bellas que jamás se han contado.
Y cuentan, y lo cuentan porque es verdad de la buena que todos los payos blancos que la escuchan lloran en silencio por miedo a no poder soportar tanta belleza.
Hay bellezas que no se soportan, no? De esas tan lindas que duelen?
ResponderEliminarSiempre un gusto leerte.
Buen descanso!
besos =)
El texto de tu post tiene imagen y sonido. Me encantó.
ResponderEliminarMe priva esa canción. Me recuerda tiempos pasados. Me la regaló alguien que entonces era muy especial.
ResponderEliminarEn fin...lágrimas negras.
Blonda: ¿te gusta el flamenco?
ResponderEliminarLucy: ¿te gusta el flamenco? ¿os gusta por allí el flamenco?
ResponderEliminarPe: a mí también me lo regaló una persona muy especial, que sigue siendo muy especial, aunque creo que nunca llegó a saber lo que me gusta y me ha gustado este disco y todo lo que me ha dado y todo lo que me da y todo lo que me inspira.
ResponderEliminarEsta canción es una joya y tu post también.
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