martes, 14 de julio de 2009

SUMMER IN THE CITY

El calor nos abrasa, nos atora las neuronas, a veces el sopor nos invade incluso cuando estamos aliviados en la oficina por el aire acondicionado que, artificial y artificioso, evita que los fluidos y los hormonas cutáneas salgan a relucir e inunden el ambiente. Ese aire que nos anestesia los sentidos, artificial y artificioso, que trata de suplantar, aunque no puede, a esa ducha fría, al frescor de una cueva, a un baño en una poza de un río, a una corriente entre dos ventanas, al chorro que sale del termodinámico botijo. ese aire, como digo, acondicionada y condiciona nuestra vida.

Lo animal pretende salir a relucir en los meses de canícula. La siesta lo invade todo en las horas centrales de sopor. Los madrugadores disfrutan de un paseo en bicicleta por la ciudad vacía en un domingo perpetuo cuando todos se han ido. son las nueva en la mañana y el sol todavía prepara sus motores para someter a la corteza terrestre al albur de sus designios. Llega la noche. Los parques se llenan de criaturas humanas ansiosas de respirar de la poca brisa que se forma bajo las copas de los árboles.

Los más afortunados, con la llegada de la medianoche pueblan terrazas y azoteas, en animadas charlas, en tertulias relajadas, con hielo en las copas y luz en las miradas. Miradas que hablan y dicen más de lo que creen.

El jardin del Príncipe de Anglona está cerrado, pero sus rosasles nos hablan de olores de otro tiempo. La plaza de la Cebada bulle de juventud algo envejecida. Desde la terraza de El Viajero, San Francisco el Grande gobierna desde abajo la noche, luchando por no ser eclipsado por la robusta Almudena.

La ciudad está en verano, no de vacaciones, porque esto nunca cierra. Está abierta por vacaciones, más abierta que nunca, a todo y a todos. Los deseos más escondidos salen a la luz. comienzan a mostrarse piernas de ambos sexos, para liberarse del calor de las jornadas.

El cuerpo humano descubre gozoso la libertad de la cuasi-desnudez, la liberación de la carne oprimida, escondida por las pieles invernales. Llegó la hora de salir de la cueva. Ya se fueron las nieves que impiden lucirse en la madrugada.

Tierna estación, cálida estación, tórrida estación, de balcones abiertos y rincones oscuros,. Aprovéchate de nosotros, pobres urbanitas, que tal vez no sepamos hacerlo solos.




P.D.: Antes de irnme de vacaciones, tenemos que hablar de Ligabue y de The Lovin' Spoonful.

6 comentarios:

  1. Viva el verano y las mini-faldas!! fuera la opresión de las bufandaaaaaaaaas!!!!! Oh astro rey, yo te alabo!!

    Besos calurosos.

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  2. Coincido con Penelope. Basta de doble par de medias y narices frias.

    Que vuelva el verano y el asfalto caliente!

    Besotes!!!!!!!!!!!

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  3. Bienvenida la época con permiso para el respiro de la piel, aún con sudores, las playas invadidas y las noches de insomnio.
    Una sonrisa con gotas saladas

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  4. Me gustan tus términos de 'piernas de ambos sexos' y 'la carne oprimida'. Verano!

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  5. que viva el verano es lo mejor que nos puede pasar, el calor se mete en la sangre y actuamos de otra manera. enhorabuena por este post

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  6. Para todos: de vuelta de la Toscana, donde si que hace calor, pero algo pegajoso, insoportable al principio, aunque luego te da igual ...
    Seguiremos disfrutando del calor y sus vistas ...

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