jueves, 9 de julio de 2009

LADRAN, LUEGO CABALGAMOS

Lo bueno de cumplir años es el hecho mismo de cumplirlos, de tenerlos, de añadir pequeños elementos al corpus vital que configura nuestra existencia, nuestro ser. Los sabios defiende que el pasado no existe, otros que el futuro tampoco dejando al hoy como única dimensión de nuestro paso por el mundo. Y es verdad pero no del todo. Somos lo que hemos sido, somos lo que tal vez algún día seamos, pues nuestra vida se soporta en un taburete compuesto por nuestros recuerdos, nuestras vivencias y el momento en el que vivimos, ese momento presente que se pasa de un modo instantáneo.

La bioquímica que nos gobierna está diseñada magistralmente para permitirnos rememorar instantes vividos, aunque sea con una cierta manipulación de los recuerdos, consciente o no. Algún motivo habrá para que esto sea así. Finalista o no, algún motivo debe de haber.

Carpe diem, pero sin perder la capacidad de proyección de nosotros mismos en el espacio y en el tiempo que, como pueblo, como raza, nos ha llevado a intentar resolver todos los problemas que se nos han ido planteando. Esa es nuestra mayor virtud, el mirar hacia el futuro, aunque queden multitud de problemas por resolver.

¿Cómo hemos resuelto problemas? ¿Han sido los partidos políticos? ¿Han sido las multinacionales? ¿Han sido los gobiernos?

Todos podrían haber hecho algo, pero ninguno de un modo sustancial. Han sido las personas, las iniciativas individuales, altruistas, las que han hecho que el ser humano haya dado saltos cualitativos en cuanto a su desarrollo a todos los niveles. Iniciativas que han trascendido de la pequeñez de sus creadores, conscientes unas veces, inconscientes muchas más. Las vidas y muertes de personas anónimas han podido hacer más por el avance de nuestra especie que los tratados internacionales.

Y no sólo me refiero a los avances científicos, realmente es a lo que menos me refiero, ya que la penicilina la descubrió Fleming, pero otro lo habría hecho en su lugar más tarde o más temprano. El Quijote, de no haberlo escrito Don Miguel de
Cervantes, no existiría. Y de no haber sido así, nadie habría podido repetir aquello de "Sancho, ladran, luego cabalgamos".

8 comentarios:

  1. Cada uno de nosotros tiene un rol en esta vida. Nuestra primera meta es descubrirlo, la segunda es cumplirlo y el resultado es indefectiblemente ser felices.

    ¿Es tu cumpleaños?

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  2. No me gusta contar los años, aunque a veces cuento los segundos.....
    Sigo empeñada en creer que los pasos pequeños o grandes, sólo se dan a través del corazón...el resto son titulares.
    Una sonrisa

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  3. Miramos en general a nuestra altura y sólo vemos lo que tenemos alrededor. Vistos desde arriba con perspectiva somos como hormiguitas, mucho más iguales entre nosostros, incapaces de ver "la cuarta dimensión".

    Y sí, creo que el mundo lo cambia la gente, mucha gente anónima con objetivos, con ideales y a veces con suerte, y no los gobiernos, ni los políticos. Aunque siempre puede haber alguno que impulse y ayude a su gente a crecer. (Raro, raro...)

    ¡Qué bien escribes!

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  4. Estoy de acuerdo contigo sobre eso de quienes han aportado a crear riquezas que van más allá del consumo o sea, precisando un poco, el consumo materialista, aunque reconozco que hay que comer y moverse (en coche, bici, tren, barco o avión) y agrade escuchar música y gracias a YouTube escucho cosas que antes de la maldita (bendita) globalización y empresas multinacionales que producen a precios baratos (también gracias a sus esclavos que, espero, no se consideran esclavos sino trabajadores con sueldos razonables... razonables?), porque somos nosotros, los individuos, que hacemos y hacíamos las riquezas como la música, el teatro, el favolista (que cuenta historias), y de esa ola creativa han surgido los dones de Dones Migueles de Cervantes y todos los demás creadores del pasado y del futuro.

    Felicidades y que goces (gozas?) de la vida, la de ahora y de después.

    Un abrazo

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  5. Lucy: sabio consejo, aunque es una lástima que mi cumple sea el 21 de Julio.

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  6. Ilia: ni me gusta ni me disgusta, pero tengo costumbre de hacerlo, y al final me digo, ¿uno más?, pues fenomenal, y al zurrón.

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  7. Giovanni: me alegra que coincidamos, espero que también en cuanto al goce de la vida.

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